Son casi las 5:00 p.m. y el sol de
verano aún no se ha ido. Una mochila y una cámara de fotos son mis únicas compañeras de viaje. A pesar
del cielo despejado, ya es un poco tarde
para mi cita con “Ricardito”, de él se dicen muchas cosas: que es un niño
milagroso, que es travieso y que le gusta asustar a los desconocidos, otros que
cumple deseos si le regalan juguetes. Yo solo sé que él tiene 7 años y está
muerto.
El primer cementerio
de la ciudad
Ubicado en el distrito de Barrios
Altos, a las afueras del Centro Histórico de Lima, se encuentra el que es
considerado el primer cementerio de lima y el más antiguo de América: Presbítero
Matías Maestro.
Antes de construir el cementerio,
la gente enterraba a sus muertos en las
catacumbas de Iglesias y Catedrales, por esta razón en 1808 un sacerdote
español Elías Presbitero Maestro diseñó este magnifico monumento para honrar la
muerte de los caídos.
El cementerio Presbítero Maestro es considerado museo y monumento
histórico en el Perú y América, ya que cuenta con una arquitectura
extraordinaria y esculturas fantásticas. Ahí fueron enterrados los personajes más
importantes del siglo XIX y la aristocracia limeña. Es una verdadera ciudad con
calles y avenidas. Dispone de 150 000 m2, con más de 685 tumbas, 393 mausoleos y 72 monumentos históricos.
El cementerio tiene tumbas de muchos personajes que escribieron la historia del Perú, además del mausoleo erigido en honor de los héroes de la Guerra del Pacífico. Las personas más importantes de la historia de Lima fueron enterradas allí. Escritores como Ricardo Palma o José Santos Chocano, presidentes como Augusto B. Leguía, intelectuales como José Carlos Mariátegui o Raúl Porras y héroes como Miguel Grau fueron solo algunos de las personalidades que habitan “la ciudad de los muertos”.
Buscando a Ricardito
El cielo es rojo escarlata y el sol
parece fundirse en el infinito. Uno de los guardianes del cementerio, quien se
convertiría en mi lazarillo en ese laberinto de lápidas, me advierte de los
peligros para un primerizo. Él me cuenta que detrás de las sombras de las
esculturas y las paredes del cementerio se esconden innumerables historias,
leyendas y mitos. Una esas historias es la de "Ricardito".
Ricardo Espiell Barrionuevo
conocido como "Ricardito" nació en Lima en 1886. Él murió a los 7
años de edad. Nadie sabe exactamente las causas de su muerte. Fue sepultado en
el "Cementerio Presbítero Maestro".
La leyenda dice que sus parientes, pertenecientes a la
aristocracia, hicieron una estatua en su nombre después de su muerte. El
terremoto de 1940 que azotó Lima destruyó parte del cementerio, pero la estatua
del pequeño quedó intacta. Nadie puede corroborar si esta versión es cierta, lo
que sí es cierto es la devoción por este niño.
El guardián comenta que nunca le
faltan flores, dulces y hasta juguetes, que son obsequiados por sus fieles
devotos que lo catalogan como un niño milagroso. Algunos dicen que gracias a
Ricardito consiguieron trabajo, otros
que se curaron de enfermedades terminales.
Cierta vez leí un artículo que se
titulaba “Si lo crees, lo creas”, nada más perfecto y cierto. Cuando la fe, el
miedo y la superstición se juntan nacerá un nuevo mito. Si no existe, lo inventamos.
EL DATO:
Desde el jueves 14 de febrero se
reanudaron las visitas nocturnas al Museo Cementerio Presbítero Matías Maestro.
El horario de ingreso es de 7:00 pm. a 10:00 pm. Las entradas pueden adquirirse
de lunes a viernes, en el horario de 8:30 a.m. a 4:30 p.m. en jirón Puno N°
228, Cercado de Lima